Lopo Gómez de Ribadal renuncia y vende a favor de Leonor Rodríguez de Touro y su hija Teresa Álvarez un casal y ciertas heredades sitas la aldea de Cabreiroam así como una casa con bodega en la villa de Monterrei que compró a Juana Gómez, estableciendo como condición, entre otras, que tras el fallecimiento de las beneficiarias los bienes pasen a la capilla de Santa Catalina del monasterio de San Salvador de Celanova.